martes, 9 de julio de 2019

Toda ausencia.

Toda ausencia me acorta las alas. Toda melancolía me reprime y encarcela en mi mente.
Las angustias son tiranas. Si, son represivas, si son absolutas, sin son directas y sin prejuicios.
El tiempo mayormente puede ser consumida por las angustias, las tristezas pasadas y ajenas al hoy, las añoranzas delatadoras de cambios y transformaciones.
Las ausencias son musas hasta cierta punto, son inspiradoras hasta cierto momento en que la fina línea se apodera y se hace del control.
La angustia para Kierkegaard puede llegar a ser liberadora de nuestra personalidad, puede acercarnos a la primera reflexión de quienes somos. Pero me pregunto ¿Cuánto tiempo se debe arrastrar la angustia para argüir al final la libertad?
Si, la angustia conlleva ansiedad, como cita él, pero ¿La ansiedad no es juntamente aquella incapacidad de entender el tiempo como un proceso indefinido sin puntos ni comas impuestos?
Vuelvo al principio, toda ausencia me acorta las alas.
Comprender, transitar procesos de larga duración maníaca)
Facultarse, darse cuenta de los procesos dependen, necesitan, son parte de un tiempo desconocido; no dejar invadir la ansiedad de la angustia, la ansiedad tirana que todo desea resolver como si sonándome los mocos y abrigando mi cuerpo, la gripe se irá solita a su casa.
Toda ausencia invoca una pérdida.
Toda ausencia me detiene, me desenfoca en un tiempo que no es mío. Un tiempo que no me pertenece y no deseo pertenecer.
Toda ausencia sangra en mis muñecas y en mis olvidos, en mis idilios, en mis abrazos. ¿Cuántos abrazos tendré que dar a cuánto cuerpo se me cruce, para encontrar el tuyo?
Mentira, ningún abrazo será como el tuyo, porque cada abrazo me pertenece a mi hoy, y aún desconozco cuantos abrazos más me invadirán. Tu abrazo es mi ayer, mi triste y apasionado ayer, mi intenso, mi enamorada ayer.
Mi hoy no es esta angustia desesperada, esta ausencia equivocada, este abrazo que no hallo.
Romper, sangrar, saltar, escapar, refugiarse, quererse, abrasarse. Abrazar mis cuerpos de hoy. Abrazar mis ideas de hoy. Abrazarme.


Adiós mi querida angustia, adiós mi querida melancolía.
Adiós muchacha.
Adiós.




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