domingo, 17 de julio de 2016

Te leo como un cuento para niños, ansiosa esperando detrás de la silla la fantástica historia de algún héroe o heroína. Guardo mi rostro por detrás de mis manos, escondiendo mi sonrisa, la más bella que suelo esbozar. Y ahí estas, héroe sin título, caníbal de este cuerpo, te leo y penetro tu pecho. Lo fugaz de verte reír sin percibir como continuarán tus aventuras, existantes aclaro, no hay héroe que no pueda salvar el mundo sin la pasión que te invade.

No hay comentarios:

Publicar un comentario